Guía de introducción al tequila
Para muchos conocedores ocasionales, el tequila evoca fuertes sentimientos tanto de pasión como de aversión. Aunque puede que no sea la primera elección de todo el mundo, quienes se adentran en su mundo descubren capas de sabores refinados e intrincados. Sin embargo, con su creciente fama en Estados Unidos, se ha producido una afluencia de tequilas de baja calidad, que un auténtico entusiasta podría ni siquiera reconocer.
Tequila al descubierto: sus raíces y su esencia
En esencia, el tequila procede de la esencia destilada de las plantas de agave azul. Esta encantadora bebida nos lleva en un viaje histórico que se remonta más de un milenio a la época de los aztecas y su preciada bebida, el pulque. La normativa mexicana actual exige que, para llevar el título de "tequila", la bebida espirituosa sea originaria de Tequila, Jalisco, situado en el corazón de México.
El proceso de producción comienza con la cocción al vapor del corazón de la planta de agave, conocido como piña. Una vez cocido al vapor, este núcleo se desmenuza para extraer una savia conocida como aguamiel. Esta savia, combinada con azúcar de caña y levadura, se somete a un proceso de fermentación. Tras la fermentación, el líquido se somete a una doble destilación en calderas de cobre, lo que aumenta su potencia hasta 90 grados o más. Lo más importante es que una bebida sólo puede obtener la prestigiosa etiqueta de "tequila" si su composición es de al menos un 51% de destilado de agave azul.
Las diversas caras del tequila
- Blanco - Destilado y embotellado directamente, con algunas variantes que experimentan un breve envejecimiento.
- Reposado - Envejecido en barricas de roble, con una duración de 2 a 12 meses.
- Joven - Una armoniosa mezcla de Blanco y Reposado.
- Añejo - Madurado de 1 a 3 años en recipientes de roble, con Extra Añejo superando la marca de los 3 años.
- Mixto - No es un producto 100% de agave azul, normalmente se mezcla con azúcares o licores alternativos.
Reconocimiento de los mejores tequilas
La supremacía del Blanco, a menudo promocionado por conservar intacto el sabor del agave azul, es una manzana de la discordia entre los aficionados. Pero la edad induce a la evolución, y los tequilas no son una excepción. El proceso de envejecimiento, dependiendo del linaje de la barrica, imparte sabores únicos. Por ejemplo, los tequilas madurados en barricas de bourbon adquieren matices especiados y una tonalidad más rica, lo que hace que la bebida sea más suave.
En el círculo de los bebedores avezados, Mixto y Joven suelen considerarse inferiores cuando se yuxtaponen a las categorías Blanco y Añejo.
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